May 29, 2023 10:52
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La partida de Hugo Kogan, un adelantado del diseño. “Sin pila, sin cable, sin piedra”. El chispero que se ganó un lugar en las cocinas argentinas, y sigue emocionando. El Magiclick fue un producto revolucionario que a partir de 1968 marcó a varias generaciones. Práctico, liviano, útil y seguro, prometía, además, 104 años de duración. Una idea totalmente innovadora que reemplazó a los fósforos y llegó a todos los hogares del país. El éxito de ventas fue rotundo. En menos de 3 meses la empresa despachó más de 80 mil unidades, una cifra impensada que encendió el alerta de la agencia de publicidad: tenían entre manos un producto masivo, de fácil acceso y de una utilidad genuina que caló hondo. Rápidos de reflejos, crearon un comercial emblemático protagonizado por Gloria Carrá que aún resuena en la memoria emotiva. “Las mujeres brillantes usan o regalan Magiclick”, anunciaba una voz masculina. Corría 1980 y la problemática de género aún estaba ausente. Lo que sí estuvo presente fue la oportunidad que tuvo un chispero piezoeléctrico de trascender su propio nombre, como ocurrió en otra época con Gillette o Birome. “Fue tan popular que diseñé un soporte adhesivo para la pared. Era muy común la pregunta: ‘¿Dónde está el Magiclick?’ Así, el producto tuvo un lugar de privilegio en la cocina. Como era de bajo costo se usaba mucho para regalar, por eso el packaging incluyó moño de regalo”. Chau Hugo Kogan, gracias por tu fuego! Leer más
La partida de Hugo Kogan, un adelantado del diseño. “Sin pila, sin cable, sin piedra”. El chispero que se ganó un lugar en las cocinas argentinas, y sigue emocionando. El Magiclick fue un producto revolucionario que a partir de 1968 marcó a varias generaciones. Práctico, liviano, útil y seguro, prometía, además, 104 años de duración. Una idea totalmente innovadora que reemplazó a los fósforos y llegó a todos los hogares del país. El éxito de ventas fue rotundo. En menos de 3 meses la empresa despachó más de 80 mil unidades, una cifra impensada que encendió el alerta de la agencia de publicidad: tenían entre manos un producto masivo, de fácil acceso y de una utilidad genuina que caló hondo. Rápidos de reflejos, crearon un comercial emblemático protagonizado por Gloria Carrá que aún resuena en la memoria emotiva. “Las mujeres brillantes usan o regalan Magiclick”, anunciaba una voz masculina. Corría 1980 y la problemática de género aún estaba ausente. Lo que sí estuvo presente fue la oportunidad que tuvo un chispero piezoeléctrico de trascender su propio nombre, como ocurrió en otra época con Gillette o Birome. “Fue tan popular que diseñé un soporte adhesivo para la pared. Era muy común la pregunta: ‘¿Dónde está el Magiclick?’ Así, el producto tuvo un lugar de privilegio en la cocina. Como era de bajo costo se usaba mucho para regalar, por eso el packaging incluyó moño de regalo”. Chau Hugo Kogan, gracias por tu fuego!
Etiquetas: diseño gràfico diseño industrial hugo kogan magiclick tonomac
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