Editorial "El que calla, otorga. El que no para, también" + bonus

Por Marcela Colcerniani. Que el petizo de la motosierra vino a poner de cabeza todo era más que cantado. Lo que creo que nadie tenía en los papeles, era que la velocidad y profundidad de las medidas que Milei está llevando a cabo, implicaría el terrible costo social y económico que condicionarán el presente y futuro de generaciones, al punto de comprometer a las instituciones del Estado y a la integridad de la Nación Argentina. La base conjunta con EE.UU. en la isla de Tierra del Fuego, convenientemente despoblada por las recientes disposiciones del gobierno Nacional, funcionará en sintonía con la base de la OTAN emplazada en nuestras Islas Malvinas intrusadas por el Reino Unido, es apenas la punta del iceberg del proyecto de ocupación sobre nuestra Antártida, a la que tranquilamente podrían poner bandera de Protectorado, como parte de la proyectada balcanización de la Argentina. Envalentonado por los resultados de las recientes elecciones en CABA, Milei profundiza las medidas que le granjean el aplauso de los capitales financieros y de las industrias extractivas ligadas a las multinacionales, sin tomar en cuenta que la baja participación, y el magro resultado de LLA en todas las elecciones disputadas hasta ahora, también vale como rechazo de SU política. En mi barrio, se llama, “hacerse el gil”. Es imprescindible que nuestra dirigencia vuelva a expresar síntesis unificadoras capaces de superar la fragmentación y de recuperar el contenido concreto del término Patria, Pueblo, Justicia Social, Bandera Nacional, que evoquen esa cultura propia, ese lugar donde ser y proyectarse, donde pensarse junto al otro, en comunidad, como quería Francisco. No hay gobierno legitimado para destruir al propio Estado, para envilecer sus instituciones, para promover y alentar la comisión de delitos. Debe haber en la calle, una dirigencia gremial política y social legitimada en la acción, que llame a un plan de lucha consistente para poner freno a demolición de la Patria. Debe haber una conducción estratégica que planifique y organice las directrices que lleven al triunfo al campo popular, y que purgue de traidores el campo propio. Cuando llegue el momento ha de pensarse en una etapa refundacional de la Patria, en el fortalecimiento de los poderes del Estado que deben ser democratizados, y el fortalecimiento del sistema Federal de gobierno. El funcionamiento de la Democracia debe ser revisado, porque su modo burgués, en la medida que mediatiza la participación directa del pueblo, deja sabor a poco. Su definición de “Gobierno de las minorías” como pretendida garantía de pluralismo, demuestra ser una falacia: el poder se encuentra en muy poquitas manos que concentran la riqueza que producen las mayorías, a las que los poderosos no les dejan ni las migajas. Solo el pueblo salvará al pueblo. Leer más

Por Marcela Colcerniani. Que el petizo de la motosierra vino a poner de cabeza todo era más que cantado. Lo que creo que nadie tenía en los papeles, era que la velocidad y profundidad de las medidas que Milei está llevando a cabo, implicaría el terrible costo social y económico que condicionarán el presente y futuro de generaciones, al punto de comprometer a las instituciones del Estado y a la integridad de la Nación Argentina. La base conjunta con EE.UU. en la isla de Tierra del Fuego, convenientemente despoblada por las recientes disposiciones del gobierno Nacional, funcionará en sintonía con la base de la OTAN emplazada en nuestras Islas Malvinas intrusadas por el Reino Unido, es apenas la punta del iceberg del proyecto de ocupación sobre nuestra Antártida, a la que tranquilamente podrían poner bandera de Protectorado, como parte de la proyectada balcanización de la Argentina. Envalentonado por los resultados de las recientes elecciones en CABA, Milei profundiza las medidas que le granjean el aplauso de los capitales financieros y de las industrias extractivas ligadas a las multinacionales, sin tomar en cuenta que la baja participación, y el magro resultado de LLA en todas las elecciones disputadas hasta ahora, también vale como rechazo de SU política. En mi barrio, se llama, “hacerse el gil”. Es imprescindible que nuestra dirigencia vuelva a expresar síntesis unificadoras capaces de superar la fragmentación y de recuperar el contenido concreto del término Patria, Pueblo, Justicia Social, Bandera Nacional, que evoquen esa cultura propia, ese lugar donde ser y proyectarse, donde pensarse junto al otro, en comunidad, como quería Francisco. No hay gobierno legitimado para destruir al propio Estado, para envilecer sus instituciones, para promover y alentar la comisión de delitos. Debe haber en la calle, una dirigencia gremial política y social legitimada en la acción, que llame a un plan de lucha consistente para poner freno a demolición de la Patria. Debe haber una conducción estratégica que planifique y organice las directrices que lleven al triunfo al campo popular, y que purgue de traidores el campo propio. Cuando llegue el momento ha de pensarse en una etapa refundacional de la Patria, en el fortalecimiento de los poderes del Estado que deben ser democratizados, y el fortalecimiento del sistema Federal de gobierno. El funcionamiento de la Democracia debe ser revisado, porque su modo burgués, en la medida que mediatiza la participación directa del pueblo, deja sabor a poco. Su definición de “Gobierno de las minorías” como pretendida garantía de pluralismo, demuestra ser una falacia: el poder se encuentra en muy poquitas manos que concentran la riqueza que producen las mayorías, a las que los poderosos no les dejan ni las migajas. Solo el pueblo salvará al pueblo. Leer menos