24 de julio, 2020 14:15
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Me desperté de una horrible pesadilla todos usaban barbijo como las madres de barrio Ituzaingó las escuelas, los cines, los teatros estaban cerrados pero abrían bares, restaurantes y shoppings no había transporte urbano ni interurbano se podían juntar los familiares a comer los domingos pero se prohibían las reuniones de amigos muchos ni se veían pero discutían y se amaban a través de un celular el gobierno decretaba un impuesto a la pobreza porque los ricos no podían más de tristeza desmontaban hectáreas de bosque nativo para instalar factorías de cerdos con destino de chuletas para alimentar a los chinos las víctimas de violación eran sometidas a interrogatorios televisivos jubilados violentos mataban a tiros a jóvenes marginados las empresas que durante décadas se llenaron de guita a costa del sudor de sus empleados ahora cobraban un subsidio estatal para esclavizarte mejor las falsas verdades circulaban como un virus pastores, presentadores de noticias, coachs, nidos de trolls y gurus invocaban dogmas indiscutibles y el pensamiento científico era condenado por dudar de esas certezas en cada pequeño trayecto que realizaba policías e inspectores me tomaban la fiebre y me preguntaban ¿a donde va? ¿de donde viene? cuestiones que nunca tuve claras carteles en la vía pública decían “Nadie sale vivo de aquí” o “Sálvese quien pueda” confundido y angustiado pensé estoy soñando como en un sueño lúcido me aferré a la vigilia y salí de ese infierno que bueno que nada de esto es real Leer más
Me desperté de una horrible pesadilla todos usaban barbijo como las madres de barrio Ituzaingó las escuelas, los cines, los teatros estaban cerrados pero abrían bares, restaurantes y shoppings no había transporte urbano ni interurbano se podían juntar los familiares a comer los domingos pero se prohibían las reuniones de amigos muchos ni se veían pero discutían y se amaban a través de un celular el gobierno decretaba un impuesto a la pobreza porque los ricos no podían más de tristeza desmontaban hectáreas de bosque nativo para instalar factorías de cerdos con destino de chuletas para alimentar a los chinos las víctimas de violación eran sometidas a interrogatorios televisivos jubilados violentos mataban a tiros a jóvenes marginados las empresas que durante décadas se llenaron de guita a costa del sudor de sus empleados ahora cobraban un subsidio estatal para esclavizarte mejor las falsas verdades circulaban como un virus pastores, presentadores de noticias, coachs, nidos de trolls y gurus invocaban dogmas indiscutibles y el pensamiento científico era condenado por dudar de esas certezas en cada pequeño trayecto que realizaba policías e inspectores me tomaban la fiebre y me preguntaban ¿a donde va? ¿de donde viene? cuestiones que nunca tuve claras carteles en la vía pública decían “Nadie sale vivo de aquí” o “Sálvese quien pueda” confundido y angustiado pensé estoy soñando como en un sueño lúcido me aferré a la vigilia y salí de ese infierno que bueno que nada de esto es real
Etiquetas: editorial pabloramos pesadilla subversiones